Josep Ferrés Marcó, Arquitecto
“El arquitecto debe empatizar con el espacio y las personas para las que hará el proyecto”

Después de acabar la carrera de arquitectura, Josep Ferrés Marcó quiso recorrer el mundo —en un autobús de dos pisos— ofreciendo sus servicios y aprendiendo. En parte, este objetivo se ha cumplido ya que ha realizado más de 500 proyectos en Catalunya, Israel, Francia y Qatar.
¿Qué les caracteriza como arquitectos?
Por un lado el conocimiento de otras culturas y modelos de arquitectura y por otro que somos un grupo consolidado y estable de profesionales, con capacidad de gestión y respuesta seria ante cualquier demanda de proyectos ya sea de empresas; particulares locales o extranjeros, y también administraciones.
¿De qué le ha servido conocer la cultura y la arquitectura de otros países en estos años?
Me ha permitido realizar una síntesis de todos los conocimientos adquiridos incorporando elementos compositivos propios de las simbología de otras culturas, islámica por ejemplo, pero adaptados a la tecnología actual y al lugar en que estamos.
¿Cómo debe ser la relación del arquitecto con las personas y el entorno para el que trabaja?
La actividad del arquitecto debe estar muy vinculada al lugar donde se encuentra y al edificio que debe construir o reformar. Debe haber una empatía con el lugar y las personas que intervienen. Creo que es un poco frívolo ir diseminando proyectos acríticos, en parte como quería realizar yo en mi juventud desde el autobús de dos pisos... Primero debemos parar y estudiar y entender todo lo que nos rodea para conseguir la síntesis necesaria que nos lleve a un buen resultado arquitectónico.
La nueva Mezquita de Palafrugell
Josep Ferrés es un gran conocedor de la arquitectura islámica. Además del proyecto para el Club Náutico “The Pearl” en Doha, realizado en 2012, en la actualidad está construyendo la nueva mezquita de Palafrugell, que será edificio abierto con un jardín integrado, algo que se daba ya en mezquitas como la de Córdoba o Damasco. Su recorrido de iniciación está bajo un artesonado hispanoárabe iluminado con led. La mezquita será un edificio sostenible. En invierno, por condensación se podrán recoger hasta 200 litros de agua diarios; apenas habrá consumo eléctrico y la calefacción será regulada en función del número de asistentes. Ferrés ha pensado el proyecto de la mezquita a partir de su comprensión de la arquitectura como uno de los pilares del conocimiento y como un vínculo entre los miembro de un colectivo. Busca que “cualquier persona, aunque no sea musulmán, aprecie los valores y la simbología de la arquitectura de una mezquita del mismo modo que pueda sentirse orgulloso de cualquier otro edificio bien compuesto que forme parte de su ciudad”.