José M. Domínguez Cerdeira, Responsable de Prescripción NEDGIA, S.A.
EL GAS NATURAL CONSTITUYE UNA SOLUCIÓN “SMART”

Alcanzar nuestros objetivos energéticos y medioambientales de descarbonización para el año 2050 constituye una carrera de fondo, en la que, para llevarla a buen término, debemos analizar nuestra situación actual (dónde y cuánta energía consumimos y de qué infraestructuras ya disponemos) para poder potenciar aquellos aspectos en los que, con menor esfuerzo, obtenemos mejores resultados. A continuación, debemos evaluar la utilización de las nuevas tecnologías disponibles que pueden mejorar la eficiencia energética de nuestro sistema y su coste de implantación, así como la capacidad económica disponible por nuestra sociedad, para obtener así una estrategia que nos permita recorrer con éxito el camino deseado.
En todos estos aspectos el uso del gas natural constituye un factor decisivo, ya que está presente en tecnologías maduras y eficientes y también puede hibridarse con nuevas tecnologías, ya disponibles o en etapas de desarrollo avanzado, que permiten reducir nuestro consumo, la emisión de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad de aire que respiramos. Por ello, la utilización del gas natural, junto con otros factores como una penetración creciente en el empleo de energías renovables maduras y rentables en paralelo al uso del gas natural, nos permitirán la consecución de los objetivos deseados.
Este papel clave del gas natural queda especialmente patente en el sector de la vivienda en nuestro país, donde contamos con una infraestructura consolidada que permite llevar el gas natural a cerca del 80% de la población. Los 7,8 millones de usuarios de gas natural que hay en nuestro país disfrutan de una energía económica a través de tecnologías ya maduras, fiables y eficientes, como son las calderas de condensación y las bombas de calor a gas, tanto para la producción de calor como incluso de frío para las demandas de refrigeración en el verano.
Esto permite abordar de modo asequible la mejora de la eficiencia energética, tanto en las nuevas edificaciones y desarrollos urbanísticos, como en el parque de viviendas ya existente, en el que para implementar acciones de mejora se precisa de unas elevadas inversiones iniciales que muchas veces hacen inviable el aumento de la eficiencia.
Por otra parte, las ventajas del empleo del gas natural crecen con el tiempo. Hoy ya se desarrollan nuevas tecnologías de mayor eficiencia, como equipos de refrigeración de alto rendimiento, pilas de combustible y equipos de microcogeneración, con los que obtenemos simultáneamente energía eléctrica y calor, reduciendo el consumo global de energía.
No sólo se mejora con las tecnologías. El propio gas natural, distribuido a los hogares, cada vez es más respetuoso con el medioambiente, mediante el empleo del “gas renovable”, proveniente tanto de la obtención de biogás por reciclado de residuos, como de procesos por los que se aprovecha la generación eléctrica renovable excedente para almacenar esa energía en forma de gas sintético que también se inyecta en la red.
Además de su papel en el sector de la edificación, en el resto de sectores el gas natural también aporta eficiencia. Para la industria es un factor de competitividad, en el transporte es el combustible alternativo más eficiente, no sólo por carretera, sino también en el transporte marítimo y en el ferroviario. Y en la generación eléctrica, las centrales de ciclo combinado son la solución ideal como respaldo de la generación con energías renovables, permitiendo su mayor penetración en el total de la producción nacional.
Por todo esto, el gas natural es hoy una fuente de energía fundamental para conseguir un sistema energético seguro, fiable, limpio y rentable, y especialmente “smart”. Y su continuo desarrollo hace que también sea una solución para los próximos años.