Prepárate para el cambio de hora
Elena Montesquiu

Es importante modificar poco a poco los horarios para adaptarlos al nuevo. Una semana antes, adelántalos unos 15 minutos, para ajustarte a la nueva rutina. Elige legumbres, alimentos con vitamina C o frutos secos. En la cena, decántate por algo ligero, pero saciante y, por la tarde, por algún alimento rico en magnesio.
AcostarseAjusta también la hora: una semana antes, procura ir a la cama unos 15 minutos antes. Puedes hacerlo con música relajante si te es agradable, ya que siempre resulta de gran ayuda. Es importante acostarse en un estado de relax mental para conciliar un sueño que resulte reparador.
No dormir fuera de horasAunque te sientas cansado, no caigas en la tentación de echarte una siesta a media tarde, o no podrás descansar por la noche ni recuperar la energía necesaria para tu cuerpo y tu mente. Si llegas a la cama con más horas de sueño de las necesarias realizadas, te costará mucho más lograr un buen descanso.
Bebidas a evitarEs especialmente importante que no tomemos ningún tipo de bebida estimulante. Lo recomendable es alejarse de la ingesta de cafeína (cuanto menos, no tomes a partir de las tres de la tarde); lo mismo puede aplicarse a bebidas alcohólicas y a las que contengan mucho azúcar o las conocidas como excitantes.
Bebe agua abundanteTe ayudará a mantenerte hidratado y hará que tu organismo funcione adecuadamente. Una buena hidratación es fundamental para que tu cuerpo se recupere durante la noche. Puedes tomarte un vaso de leche caliente o una bebida templada unos 20 minutos antes de acostarte: te ayudará a conciliar el sueño.
Realiza ejercicioNo es necesario que te machaques en un gimnasio y menos si es por la tarde-noche, ya que, en algunos casos, el deporte te activará en lugar de relajarte. Sin embargo, sí que es aconsejable dar un paseo a buen ritmo: 20-30 minutos después de cenar. El ejercicio moderado favorece el control del sueño.
Un fin de semanaUna vez hecho el cambio, levántate a la misma hora de siempre, no recuperes las horas perdidas de sueño, puesto que lo único que conseguirás es no poder dormir la siguiente noche y prolongar el desfase horario, sintiéndote más cansado, hambriento y agotado mentalmente.
Ancianos y niñosSon los más sensibles, por eso es tan importante empezar con nuevas rutinas una semana antes para que se adapten de forma paulatina y sin contratiempos. Procura que se expongan unos minutos diarios a la luz solar, que se alimenten e hidraten adecuadamente y cambia sus pautas horarias poco a poco.