Desde su fundación como empresa familiar hace casi 150 años, Stannah se ha centrado en las necesidades de sus clientes, ofreciéndoles soluciones seguras y fiables que les permitan recuperar la libertad, independencia y seguridad en sus propios hogares.
Las personas que tienen dificultades para superar los retos planteados por las escaleras de su casa, ya sean mayores o con movilidad reducida, encuentran en las sillas y plataformas elevadoras Stannah una solución efectiva para recuperar el espacio de su hogar sin tener que renunciar a él por sus barreras arquitectónicas. Además, los familiares podrán, con Stannah, descansar tranquilos sabiendo que sus seres queridos pueden moverse con libertad por su casa sin correr riesgos. También se pueden utilizar para llevar la colada o alimentos a la planta superior o inferior, para facilitar el acceso a la vivienda en comunidades de vecinos sin ascensor o en aquellas en las que deben subirse escaleras para acceder a ella.
La gama de sillas elevadoras Stannah es la más popular del mercado, y su presencia tanto en exterior como en interior es mayor que la de cualquier otra marca gracias a su calidad, seguridad y fiabilidad.

CÓMO SE INSTALAN
El salvaescaleras correcto es aquel que permite vivir en la casa que conoce, ama y disfruta, eliminando las dificultades planteadas por las escaleras y ofreciendo una alternativa segura y fiable.
• Los salvaescaleras Stannah se ajustan y adaptan a prácticamente cualquier escalera. No es necesario hacer obras y se tarda un día en instalarlos.
• Se diseñan con una amplia variedad de elementos de seguridad, acorde a su apuesta por la fiabilidad y garantía.
• Están diseñados para adaptarse a su casa y ofrecen una variedad de estilos, colores, tapicerías y acabados, según la decoración de su hogar.
• Los salvaescaleras Stannah se pliegan cuidadosamente cuando no están en uso, asegurando liberar el espacio en las escaleras y alrededor de ellas.

TESTIMONIOS DE CLIENTES
Más de 600.000 salvaescaleras Stannah se han suministrado e instalado en todo el mundo, con el 98% de los clientes dispuestos a recomendarlos. Estos son algunos de los testimonios que avalan su calidad:
• A sus 81 años, Felisa tiene una salud envidiable. Hasta hace unos meses, subía y bajaba las escaleras de un cuarto piso para hacer la compra todos los días. La comunidad de vecinos donde Felisa y su cuñada residen no se comprometía a corto plazo a instalar un ascensor. “Yo lo entiendo… son gente joven, con escasez de recursos, y ahora mismo no es una prioridad para ellos. ¡Un ascensor es mucho dinero!”.
Pero un día de abril, leyendo el suplemento del periódico, tomó una decisión que le ha cambiado la vida. “Vi una foto en un anuncio de sillas salvaescaleras de Stannah-Incisa, y lo vi claro, esta iba a ser la solución para nosotras, el dinero, si se tiene, ¡es para poner comodidades!”. Para aquellos que estén pensando en comprar una silla salvaescaleras, Felisa recomienda: “No te imagines que es un ascensor, es algo más lento, pero hace el mismo servicio. Para subir los pesos y la compra está fenomenal. ¡Y nos anima a salir más a menudo!”.
• Antonia, de 75 años, tiene que acudir a su tratamiento de diálisis tres días a la semana debido a una enfermedad renal. “Mi esposa tiene muchas complicaciones y no está bien de las piernas”, cuenta Josep. Hasta hace poco más de un año, acudir a sus consultas semanales suponía una odisea: “Necesitábamos dos personas para trasladarla, y los enfermeros de la ambulancia tenían que asistirme cuando regresábamos”. Un amigo y vecino vio un anuncio de sillas salvaescaleras en La Vanguardia, y pensó en Josep. “En Incisa nos dijeron que podían completar la instalación en menos de seis semanas, y así fue. El servicio ha sido perfecto, no tengo ninguna queja. De hecho, se la he recomendado a un amigo y está encantado también!”.
 

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